viernes, diciembre 19, 2008

Pacto para que los inmigrantes no molesten en la "Construcció Nacional"

Se ha firmado hoy el "Pacte per a la immigració". Dicho pacto, o "contrato de integración" propone unas medidas que tacharíamos de ultra-conservadoras si se tomasen en cualquier país europeo, pero que aquí se acatan con silencio.

El pacto extiende el concepto de "lengua vehicular" que servía para la exclusión del castellano en la educación, a la acogida y regularización de inmigrantes. No se trata de proteger los derechos de las personas sino de utilizar la inmigración para los fines del nacionalismo. ¿Qué impota sumarles dificultades a esos "extranjeros" que explotamos y que en tan precaria situación están, si con ello nos acercamos más a la "Catalunya catalana" soñada?. Lo primero la
Nació, entendida como "una nació, una cultura, una llengua" y después ya veremos.

Montilla lo ha dejado muy claro, ya sólo habla de "nuestra lengua":
"Queremos que nos respeten, que conozcan quiénes somos, cómo somos y qué somos, que conozcan y respeten nuestra lengua, costumbres y tradiciones". Aunque en realidad no pide respeto, sino asimilación. Lo que se quiere es que el inmigrante se uniformice, adquiera la única lengua, costumbres y tradiciones que el régimen considera legítimas.

Otro de los efectos que se buscan es intentar dificultar al máximo la llegada de inmigrantes hispanoamericanos, lo que va en la línea que denunciaba Francesc Moreno en "Musulmans abans que castellanoparlants", la línea de Pujol, o Heribert Barrera.
Con la excusa de la "integració", se intenta precisamente impedir la llegada de aquellos inmigrantes que, por afinidad cultural, más fácilmente se integran en Catalunya.

La inmigración latinoamericana, elegirá siempre otras zonas de España, pues ya conoce el idioma, mientras que inmigrantes de culturas más exóticas les será relativamente igual tener que aprender una u otra lengua, después de todo ambas les son ajenas.

El problema que tiene el nacionalismo, con esta inmigración hispana, es que, aunque estos son los primeros que alcanzan la comprensión del catalán, relativamente en muy poco tiempo, en la práctica no lo hablan, o lo hacen muy poco. Y claro mejor un chino, que balbucee el catalán y no entienda el castellano, (El 34,4% de los chinos residentes en Catalunya entienden el catalán pero sólo el 26,3% conoce el castellano) que no un argentino, que se pueda expresar en catalán pero que lo haga en castellano.





No hay comentarios: