El independentismo, después del batacazo de Artur Mas, rápidamente ha salido a proclamar que "ha ganado las elecciones". Es discutible. Lo raro es ver cómo lo hacían, echando espuma verde por la boca y con los ojos inyectados...pocas veces se ha celebrado una victoria con tan mala cara...
Que todos ganen ya es algo propio de las elecciones (y no es tan mala cosa, al final mientras haya elecciones todos ganamos) lo discutible son las interpretaciones. Pero si algo si han dejado claro las elecciones y esto ya no es discutible, es que no existe la tan cacareada Voluntat d'un poble, sino que el pueblo tiene diferentes voluntades. Bueno, en realidad no es nada nuevo ya lo sabíamos, pero el lema nacionalista usado por CiU este 25N no describía tanto una realidad, como intentaba crearla, es decir, lo que se intenta es homogeneizar al pueblo para que tenga una sola voluntad, al frente de la cual, cómo no, Moises-Artur Mas, aquel que "oye" la voz del pueblo y lo conduce a la tierra pometida donde todos los males desaparecen y la esperanza de vida aumenta un 5%.
La "veu del poble" sí, esa que oyen los profetas, pero a los que tendríamos que recordar que solo en los sistemas totalitarios el pueblo tiene una única voz. Pero no seamos ingenuos, ya nos tendría que haber puesto en sobreaviso la propia puesta en escena del nacionalismo. Basta analizar el cartel y su estética ¿a qué nos recuerda ese saludo que sutilmente nos intentan meter? Es un problema, porque el nacionalismo se pirra por estas cosas, por esa exaltación simbolico-estética, pero la similitud es demasiada y no pueden dejarse llevar por ella...de momento...
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