domingo, septiembre 19, 2021

Las Naciones no existen: Solo son imagi-Naciones (I)

Las Naciones no existen, es decir, existen solo en cuanto imaginaciones, invenciones, fantasías en la mente de quien las cree, pero no tienen existencia real. Entiéndase bien, existe el nacionalismo, obvio, existe la identidad, existe la cultura, pero no existe ese ente al que el nacionalismo llama naciones. Pero entiéndase también a qué me estoy refiriendo cuando hablo de naciones que no existen. El nacionalismo siempre ha empezado con una distinción básica: Una nación no es lo mismo que un Estado. Es obvia esta distinción pues si nación y Estado se identificaran, Cataluña, en cuanto no es un Estado no sería una nación. Ser nación pues, tiene que significar algo distinto que ser Estado y así puede haber naciones que conforman un Estado, Naciones divididas entre varios Estados y naciones sin Estado. 

Pero ¿en qué consiste ese ser nación que es diferente a ser Estado? Aquí vienen los problemas porque es algo que la mayoría de nacionalistas nunca ha racionalizado, es algo que cree saber qué es pero en realidad...¡no lo sabe!. No lo sabe o peor, intuye lo que es pero prefiere no expresarlo porque ve claramente que en cuanto lo racionaliza lo que le sale es una definición étnica y, claro, eso hoy día no está muy bien visto. El nacionalismo lingüístico es el más habitual entre los nacionalistas catalanes. "La meva pàtria és la meva llengua" escribió Espriu plagiando a Pessoa. Es una opción, cada lengua configura una nación y nación son los hablantes de esa lengua, pero si racionalizamos eso y lo aplicamos universalmente nos damos cuenta que llega a consecuencias no deseadas ni para el propio nacionalismo (catalán al menos). Eso supondría que la nación española estaría constituida por todo hispanoamérica, que EEUU o Australia serían nación británica, etc. Por otro lado la Nación catalana la constituirían todos los "Països catalans". Esto ya les va bien a muchos nacionalistas, pero habría que preguntar a Andorra, por ejemplo, si quiere dejar de ser independiente y además entonces su referéndum debería hacerse...en todos esos territorios y saben que no lo ganarían nunca. Mejor trocear "la Nació", al menos de momento, hasta conseguir la independencia de Cataluña y después ya se pasará a proyectos expansionistas más ambiciosos.

Pero hay un problema añadido al nacionalismo lingüístico, si una nación llega hasta donde llega su lengua...Cataluña (y Valencia, Baleares, etc) ¡también sería nación española! Claro que esto lo resuelve el nacionalismo lingüístico con su teoría etnicista de "los colonos": Los castellanohablantes no pertenecemos a la nación catalana, somos "residentes en Cataluña", extranjeros que imponen su lengua.


Otra variante, para definir qué es una nación es el nacionalismo cultural o identitario, del que el primero sería un subconjunto. Aquí lo que se dice es que la lengua sería una parte de lo que conforma una Nación, pero que también lo hacen otros factores comunes como las costumbres, las "formas de ser", "valores", etc. Esta definición es mucho más ambigua y en realidad permite cualquier cosa. Para empezar los castellanohablantes catalanes tampoco seríamos catalanes, vamos, media Cataluña, pero bueno, lo dicho: colonos. Esta teoría permite que los Països Catalans sean admitidos o no en la nación catalana al gusto, depende de que nivel de diferencias culturales se quieran aceptar. Pero si se aceptan, la paradoja es que un catalán castellanohablante no sería catalán y un valenciano catalanohablante ¡Sí!.
Y hay otro problema añadido, quien así piensa de hecho y sin saberlo está cayendo en una definición étnica de nación (por ello muchos autores definen este nacionalismo como nacionalismo étnico). Y lo es porque al contrario de lo que la gente cree intuitivamente, la etnia no se define racialmente sino culturalmente.

Me queda un último tipo, el nacionalismo voluntarista y después demostrar cómo realmente las naciones no existen, pero eso lo dejo para otro día.

1 comentario:

Archimboldi dijo...

Meteko, gracias por seguir ahí. Llevo muchos años siguiéndote y me alegra saber que si bien es elongado el silencio, no abandonas. Gracias una vez más.