viernes, octubre 03, 2008

Criminalización del uso social del castellano.

(Viene de Presunciones en el diálogo).

DESTINO: CATALUNYA MONOLINGÜE. (V)


Los hablantes son conscientes de las diversas actitudes sobre la lengua que hay en la sociedad, pero como decíamos, la prudencia les hace ponerse en lo peor, al menos en lo peor que crean más generalizado.

Así, un catalano-parlante que se encuentre con alguien que le conteste en castellano, aunque él continúe en catalán, acabará pensando "va a creer que soy un radical", y es muy probable que cambie al castellano, aunque ideológicamente piense que hace mal. Una política del respeto a las libertades de todos los ciudadanos debería promover la tolerancia hacia todas las actitudes, y por lo tanto son necesarias campañas en que la elección personal de vivir "plenament en català", sea por los motivos personales que sean, sea respetada y lo que debe ser reprimido son las actitudes intolerantes. De modo que esta percepción de "va a creer que soy un radical" sea tan escasa que desaparezca.

Las políticas lingüísticas llevadas en este país, han sido dirigidas en cambio a transmitir a la sociedad no que los ciudadanos tienen derechos usar libremente catalán o castellano, sino a que hay una
obligación moral de hablar en catalán, que su uso no debe ser normal en quien la tiene como propia, sino que es la lengua que debemos usar socialmente incluso los que tenemos una identidad lingüística diferente. Que el que use el castellano, aunque sea un catalán de varias generaciones, no está integrado(?).

Todo esto, junto a la criminalización que se ha hecho de la defensa del castellano, con el intento de identificar a aquel que defiende la libertad de desenvolverse vitalmente en esa lengua, directamente con un intolerante, un reaccionario, hacen que cada vez más cuando alguien responde en castellano a una interlocución en catalán se piense de él que es un "anti-patriota", insolidario o directamente un
franquista. Naturalmente esta visión también es recibida, por el castellano-parlante, que si no es una persona especialmente comprometida (y en esto, la lengua catalana tiene 100 veces ganada la batalla) o por debilidad simplemente, quiere distanciarse de esa imagen, acabará por cambiar y dejar de hablar su lengua, cediendo a la cosmovisión del nacionalismo catalán. Y esto aunque personalmente crea que la "normalidad" es que cada uno hable su lengua.

De hecho, la machacona concienciación que desde el poder se está haciendo está convirtiendo en esta situación en cada día más habitual, de forma que hay catalanes que se excusan por usar el castellano
"es que no hablo del todo bien el catalán" como si tuviésemos que pedir excusas por usar una lengua que ya era común en Catalunya desde mucho antes de que naciese cualquier contertulio que se nos pueda presentar. Pedir excusas porque fuimos amamantados con otra lengua, aunque en el mismo país que ellos.

Pero incluso contra esa salida (hay gente que pasa ese requisito, se disculpa, y continúa tan tranquilo en castellano) el poder está intentando poner remedio, con campañas como las de la "Queta" o lo que decía Carod,
"se ha de hablar aunque sea mal". Lo que transforma al que no lo habla en un radical. Hágase la prueba, digale a un nacionalista (como lo puedo decir yo y un altísimo porcentaje de catalanes) que "sé hablar igual de bien en catalán pero creo que me he de expresar en mi lengua que es igual de propia". Verá como la respuesta no es la misma que si una catalano-parlante dice lo mismo referente al castellano (y lo digo por experiencia).

El problema es que la lengua, como dicen los mismos nacionalistas, nos da identidad como personas, y el cambio no es tan sencillo. Lo que provocará inevitables tensiones, porque un sector verá como intolerable esa encabezamiento en usar esa "llengua de imposició" y otros no aceptarán facilmente el rechazo a su lengua, a su forma de ser. Contra más se estire la cuerda más radicales se verán unos a otros y entonces sí, peligrará la "cohesió". Pero tranquilos, los medios seguirán diciendo que la culpa es de los que no aceptan que el castellano es una lengua foránea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

LIBERTAD LIBERTAD LIBERTAD (criden els fatxes)