viernes, noviembre 05, 2010

El Papa en una nueva ofensiva contra el catalán.

Viene el Papa a Barcelona y, ¡oh, milagro de los milagros! lo que para el resto de los mortales es ir "contra el catalán" para él es no sólo favorecer sino prueba de una "gran sensibilidad". Políticos y comunicadores están que botan de alegría por las muestras de catalanismo que se le suponen al hecho. Incluso diversos políticos catalanes han publicado un Manifiesto de agradecimiento al Papa, por la visita y la utilización del catalán (entre ellos miembros de una pretendida izquierda, ERC y PSC).

Efectivamente, el Vaticano ha confirmado que, en su visita, el Papa usará también el catalán (junto a castellano y latín) ¡...no hay quien les entienda!, en esto el bilingüismo (trilingüismo en este caso) es favorecer el catalán y hacer justicia. Sin embargo cuando se pide el mismo trato bilingüe en las instituciones catalanas (por ejemplo en el reciente caso del Reglamento de uso del catalán en el ayuntamiento de Barcelona), se considera que eso va "contra" el catalán, cuando no contra la "convivencia".

Sucede esto por la misma idiosincrasia del nacionalismo. El nacionalismo repudia la neutralidad y la igualdad en derechos. El nacionalismo se basa en la arbitrariedad. Por ello cuando se da un paso en favor de las propias tesis siempre es aplaudido, aunque el paso se quede corto o se pase en cuanto al justo medio. Por ello cuando se da un paso en contra de su arbitrariedad, aunque esto lleve a la justa imparcialidad, siempre es considerado un ataque intolerable a su "derecho" e interpretado como resultado de el odio que se siente hacia su identidad.

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