martes, mayo 17, 2011

Bildu y el milagro de las "conversiones" colectivas.

Las personas cambian, es cierto. Lo que también es cierto es que hay cambios más difíciles de entender/creer. Lo increíble no es que UN pro-etarra se arrepienta y reconvierta a demócrata por un cambio personal. Eso ha pasado toda la vida, hay decenas de casos y es motivo de esperanza que el ser humano tenga esa capacidad, cuando la conversión es sincera.

El caso es que haya una explicación a que de pronto (y justo cuando conviene como estrategia, y justo cuando se encuentran documentos de ETA en los que se dice que es lo que se ha de hacer) COLECTIVAMENTE se arrepienta toda una masa de personas... ¿y qué explicación habría a ello? ¿precisamente que el gobierno español ha prohibido los partidos que no condenen a aquellos que ellos apoyaban?¿pero eso, por lógica, no sería más probable que provocase una radicalización -los españoles prohíben nuestros partidos- que no más bien un arrepentimiento?

Es lo nunca visto, “conversiones” colectivas, que "casualmente" todos los componentes de un partido "se arrepientan" al unísono. Eso solo se puede entender en sectas religiosas muy cerradas y con procedimientos de lavado de cerebro (bueno, quizás no sea algo tan diferente a Bildu).

¿Quién se cree eso?

Aparte de quien apoya a ETA y lo ve como una estrategia positiva, lo cree el ingenuo absoluto, lo cree también quien quiere creerlo, quien siente una animadversión hacia el Estado (o a alguna otra instancia a la que asimila) y por disonancia cognitiva se vuelve desconfiado e hipercrítico con el Estado democrático a la vez que se presenta confiado y rebaja su espíritu crítico con aquellos que hasta hace dos días se negaban a condenar a ETA.

Alguno de estos juran y perjuran que defienden a Bildu, pero que nunca los votarían (y quizá sea cierto). Sin embargo se les escapa una sonrisa complaciente cuando el independentismo pro-etarra mantiene el apoyo electoral (y en seguida te recuerdan lo de que ese “apoyo social” no puede quedar sin voz…)

Dicho todo esto, y con la convicción de que Bildu no es más que HB y no tiene legitimidad moral para presentarse quiero ser rotundo al afirmar que las sentencias judiciales deben ser aceptadas y punto. Primero porque no tenemos los elementos de juicio que tienen los jueces al emitir sentencia y segundo porque de ello depende el estado de derecho. Puedan ser criticadas las circunstancias o las consecuencias de una sentencia, pero no la sentencia en sí misma.

Y es que una cosa es la legitimidad (y la convicción) moral y otra la LEGAL

Y es fundamental que ambos ámbitos se respeten. Lo que no es admisible es que nos juzgue un juez según su moral, sino que debe de hacerlo según la ley (porque su moral, por recta que sea, igual no coincide con la mía).


1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú no has estado en tu vida en Euskal herria verdad?