El hecho de que las “llibertats catalanes” no eran más que privilegios de las élites se puede ver a poco que se profundice en la historia.
Un manuscrito anónimo del 1626 comentaba:
“Lo poble de Catalunya comunament té poca afecció a la generalitat, perquè no gaudeixen tots comunament d’oficis d’ella”
(“Diversos discursos sobre las cosas tocantes al servei de Déu, del Rey y bé comú de Catalunya”)…
…en una carta del Obispo de Vic al Vicecanciller en 1625 (25 años antes de la Guerra dels Segadors) se aclara como entendía el pueblo lo que ahora llamamos libertades:
“Sepa Vm. que la gente deste principado culpa mucho a todos los obispos porque no se juntan a representar todos estos males y pedir remedio, y dicen que envíe su magd. gente y los conquiste, que todos se le darán para que siente la justicia como en Castilla y les quite sus malos usos y costumbres que la impiden”
(El Vicecanciller actuaba como presidente del Consejo de Aragón, que con sede en Madrid, ministerio del Rey que estaba a cargo de los asuntos de Aragón, Cataluña, Valencia y la Cerdaña).
Las constituciones y fueros podían ser sacrosantas para algunos miembros de la clase dirigente, pero para el resto de la población no eran más que leyes que daban licencia sin restricciones a as oligarquías
Repito lo que decía ayer:
Las libertades de hoy en Catalunya son inimaginables para los catalanes del siglo XVII o XVIII, a pesar de que para el nacionalismo tradicionalista se presente esta época como una "edad dorada".
Un manuscrito anónimo del 1626 comentaba:
“Lo poble de Catalunya comunament té poca afecció a la generalitat, perquè no gaudeixen tots comunament d’oficis d’ella”
(“Diversos discursos sobre las cosas tocantes al servei de Déu, del Rey y bé comú de Catalunya”)…
…en una carta del Obispo de Vic al Vicecanciller en 1625 (25 años antes de la Guerra dels Segadors) se aclara como entendía el pueblo lo que ahora llamamos libertades:
“Sepa Vm. que la gente deste principado culpa mucho a todos los obispos porque no se juntan a representar todos estos males y pedir remedio, y dicen que envíe su magd. gente y los conquiste, que todos se le darán para que siente la justicia como en Castilla y les quite sus malos usos y costumbres que la impiden”
(El Vicecanciller actuaba como presidente del Consejo de Aragón, que con sede en Madrid, ministerio del Rey que estaba a cargo de los asuntos de Aragón, Cataluña, Valencia y la Cerdaña).
Las constituciones y fueros podían ser sacrosantas para algunos miembros de la clase dirigente, pero para el resto de la población no eran más que leyes que daban licencia sin restricciones a as oligarquías
Repito lo que decía ayer:
Las libertades de hoy en Catalunya son inimaginables para los catalanes del siglo XVII o XVIII, a pesar de que para el nacionalismo tradicionalista se presente esta época como una "edad dorada".
1 comentario:
Vamos, que eres un nacionalista españolista. Pues fale, pero es tan legítimo ser eso como ser nacionalista catalanista. IE: Aplícate el cuento majo.
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