lunes, diciembre 31, 2007

La Verdadera Identidad de Catalunya

El Nacionalismo catalán es excluyente.

Es una frase que puede sonar fuerte, acostumbrados como estamos los catalanes a su discurso diario, pero es una realidad incontestable. Y es excluyente, no tanto por ser "nacionalismo" sino porque es un nacionalismo "identitario", que basa su discurso en una identidad que no todos los catalanes compartimos. En cuanto hace esto excluye al resto de las identidades, nos excluye a los "charnegos".

Para que el nacionalismo catalán fuese de verdad "integrador", como dice ser, tendría primero que integrar en su interior
-de verdad- las identidades de Catalunya, tal y como estas son y no con ese paso previo que se exige de la "catalanización" o "integración". Catalanizar para ellos es ser catalán a la manera de ellos y no a la propia del charnego, que ya somos completamente catalanes y no nos queda nada por "catalanizar".

Nuestra identidad es tan catalana como la que más. El nacionalismo catalán no la reconoce. Eso no es "integración" sino "exclusión". El nacionalismo catalán es un nacionalismo selectivo y esencialista, no proclama un amor a la "Patria" entendida como un todo sino sólo a aquellas cosas que para él constituyen las "esencias". La decisión de "qué es esencialmente catalán y qué no lo es" naturalmente es arbitraria y está en manos de sus teóricos. Estos trabajan para el poder establecido.

El típico error del "no-nacionalista" (o del catalán castellano-parlante) es decir que la identidad no es importante, que los discursos identitarios son distracciones de los asuntos de verdad importantes.

La identidad sí es importante, en especial cuando es utilizada como principio de exclusión. Pero deberíamos de diferenciar dos cosas. La Identidad importante (podríamos decir en realidad la única de verdad existente) es la identidad personal, la tuya, la mía, la de nuestros amigos o familiares.

La identidad que no importa, o importa en cuanto se utiliza con fines perniciosos, es la "Identidad colectiva" que se dibuja al gusto de su creador. Esta identidad es una abstracción, ya que propiamente ningún país tiene "una identidad", sino las millones de identidades propias de sus habitantes.

Que la "Identidad colectiva" consiste en una falacia con fines excluyentes se ve claro cuando uno compara la "Identidad colectiva" dibujada por el nacionalismo con la realidad efectiva, con la "identidad" observable. Si Catalunya tiene identidad la conformamos todos, también los "charnegos", aunque se intente dejarnos fuera.

jueves, diciembre 20, 2007

Incapacidad para entender la complejidad social.

Hay gentes para las que no pensar en términos de "Nación" parece un imposible.
Se puede (y se debe) defender el reconocimiento del catalanoparlante (o del castellanoparlante) por las instituciones, no estamos hablando de Naciones y esa defensa no es, necesariamente, nacionalismo.

Nacionalismo es cuando esa defensa se transforma en un intento de homogeneizar a todo un territorio, es decir cuando se afirman barbaridades tan comunes y aceptadas como son "la lengua propia de Catalunya es el catalán". A partir de ahí ya hemos quedado excluidos la mitad de la población, en cuanto catalanes. A partir de ahí, para ser "propio" hemos de cambiar, cambiar nosotros en lugar de cambiar la definición inapropiada de Catalunya.


Lo de la "Nación" es un invento reciente.
Toda persona tiene identidad, pero no toda persona tiene Nación (ni es capaz de entender este concepto), -que le pregunten a un aborigen del Amazonas qué es una Nación- .


El nacionalismo es poner el carro delante del caballo. Es definir primero el todo, para luego hacer meter con calzador nuestra definición a las partes, en lugar mirar las partes y a partir de ahí buscar si nuestra definición se ajusta o no.


El nacionalismo, en el fondo, no es más que simplismo mental, es la incapacidad de comprender la complejidad de las sociedades humanas.

lunes, diciembre 17, 2007

La Pluralidad parcial.

A propósito de las reacciones que ha creado la denuncia hecha por Joan Ferran (PSC) sobre la "costra nacionalista" en Tv3 y Catalunya Ràdio. Es extraordinario que la mayoría de las quejas no nieguen el hecho (por otra parte sería inútil, como lo es siempre negar la evidencia) sino que se dirijan a justificarlo, a integrarlo en la "normalidad".

Una vez más se pone de manifiesto la paranoia nacionalista, tan ajena a la realidad, que es capaz de hacer pasar por buena las contradicciones más delirantes. Así la llamada de Ferran a la pluralidad es percibida como una intromisión intolerable, un ataque contra la libertad de expresión.

Lo expresaré de la forma más simple que me es posible, a ver si eso les ayuda a verlo un poco más claro:


· Perspectiva exclusivamente nacionalista: Parcialidad.

· Perspectiva tanto de nacionalistas como de quien no lo son: Imparcialidad, Pluralidad.


Otros han objetado el consabido tópico de que la "objetividad es imposible" que siempre se informa desde una "cosmovisión". Bueno, - pero aún dejando de lado que una cosa es que siempre se informe desde una perspectiva y otra que esta no pueda ser más o menos neutra y más o menos imparcial - lo que es precisamente se dice es que la perspectiva y cosmovisión no sean la única perspectiva. Pueden haber tantas perspectivas como comunicadores, y el caso es que sólo hay una y dictada. Pueden haber tantas como sensibilidades hay en la sociedad real. De eso estamos hablando.

Pero en estos medios se permite la pluralidad y la divergencia, pero siempre partiendo de la perspectiva conformada por la "costra".

martes, diciembre 11, 2007

El nacionalismo genera nacionalismo.

El viejo españolismo que ignoraba la pluralidad de España fue una gran fábrica de nacionalistas periféricos.

Hoy día el resurgir de los nacionalismos periféricos está haciendo aparecer un renovado nacionalismo español, que aunque nunca llegó a desaparecer, a partir de la Transición estaba acomplejado y “arrugado”.

Contraponer -al ataque que significa contra la
identidad individual- un nacionalismo de signo inverso, es reafirmar la injusticia.

No es necesario un nacionalismo para defender la propia identidad, sólo es necesario reclamar
justicia e igualdad.

Responder al nacionalismo con más nacionalismo es entrar en un bucle sin fin, del que no saldremos nunca.


Ante el nacionalismo, cualquier nacionalismo, la mejor respuesta es el ANTI-NACIONALISMO

miércoles, diciembre 05, 2007

Plataforma pel dret a decidir

También nosotros somos catalanes y decimos Basta. Tenemos derecho a decidir/existir en nuestros medios públicos de comunicación.

Basta de ingeniería social.
Basta de manipulación de la realidad.
Basta de ignorar nuestra cultura.
Basta de silencios.
Tv3, Catalunya Radio, CCMA, tenéis que reflejar la realidad de Catalunya, no crearla.

Catalunya/Cataluña ya existe.

¿Por qué nosotros no decidimos?

martes, diciembre 04, 2007

Grietas en la construcción mediática de la realidad.

El diputado socialista Joan Ferran:

"La fuerte inercia del cuarto de siglo que gobernó Jordi Pujol. Los nacionalistas crearon las emisoras y las dirigieron durante muchísimos años con el objetivo no de informar a los catalanes, sino de construir la patria. Una patria nacionalista, por supuesto. Pero en Catalunya no todo el mundo es nacionalista. Queremos una televisión y una radio públicas en catalán, nacionales, pero no nacionalistas. Que sirvan a todos los catalanes y se abstengan de hacer proselitismo soberanista y de construir patrias."

"Respeto profundamente la libertad de los profesionales de Catalunya Ràdio y de TV-3, pero algunos aún se ven arrastrados por la inercia de tantos años de pujolismo, por una visión sesgada del país. Hay inercias, grupos y sistemas de trabajo enquistados desde hace muchos años. Hay que arrancar la costra nacionalista de las emisoras. Lo mejor sería comenzar de nuevo, hacer tabla rasa del pasado; un
reset, que se dice ahora. Las cargas sentimentales o ideológicas deben quedar para las secciones de opinión."

"Hay algunos gurús mediáticos al frente de programas de máxima audiencia que no informan; editorializan. Confunden sistemáticamente información y opinión; su opinión. Usan las emisoras a su antojo, como si fueran su púlpito particular, lanzan soflamas, llaman a la gente a manifestarse contra esto o lo otro. Cuando un director de programa pronuncia arengas como las que se oyen a primera hora de la mañana en Catalunya Ràdio disfrazadas de información confunde a sus oyentes, que creen que lo que reciben es información. En una emisora pagada con el dinero de todos los ciudadanos, los que son nacionalistas y los que no lo son, esto es intolerable, por más que el locutor sea una estrella del star system engordado en el último cuarto de siglo. No veto la opinión, pero esta debe estar claramente diferenciada de la información e ir contrapesada con opiniones de signo diverso."

"En las emisoras de la Generalitat no existe España. La palabra España, un concepto real, vigente y que todo el mundo entiende, es excluida y sustituida siempre por Estado o cualquier eufemismo o elipsis. Las emisoras públicas no pueden reducir su lenguaje al de la cosmovisión nacionalista. Deben emplear el lenguaje útil de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. Eso por no hablar del mapa del tiempo, en el que es sencillo saber si lloverá en Alicante, lo que encuentro perfecto, pero difícil saber si lucirá el sol en Fraga, a 30 kilómetros de Lleida, o en Madrid, a una hora de vuelo de Barcelona. ¿Y las tertulias? Es inaceptable que en una mesa de cinco tertulianos, tres o cuatro sean soberanistas. Es un reduccionismo endogámico intolerable. El país es mucho más que eso. TV-3 no puede ser como la televisión de Flandes, dirigida exclusivamente a los flamencos."

Más claro, imposible. Lo evidente acaba por aparecer por algún sitio.

Fuente: El Periódico