viernes, enero 29, 2010

'Només català' en el Ayuntamiento de Barcelona.

Cualquier medida de "normalització" del catalán se justifica con el argumento de que haya la "opción" del catalán en todo ámbito (véase la propuesta de ley de doblaje en el cine). Es una forma de no discriminación del catalanoparlante. Sin embargo, en ámbitos donde el catalán ya está presente, a veces incluso mayoritariamente, las nuevas legislaciones van en busca, ya no de la "opción", sino de la presencia única y excluyente. El castellano no tiene derecho a ser opción.

Es la vieja política del "peix al cove" aplicada a la realidad interna catalana. Es ir dando pasos, ganando terreno progresivamente para la exclusión total del castellano de la vida pública, pero de forma no demasiado brusca (no sea que la población castellanoparlante se les revele ante el intento). Se trata de que "surta el efecto sin que se note el empeño". Las consecuencias son claras, la normalització conseguirá hacer de Catalunya un país "normal", esto es, monolingüe.

'Només català' en el Ayuntamiento de Barcelona

AGENCIAS - Barcelona - 27/01/2010

El catalán será la lengua predominante en el Ayuntamiento de la capital catalana. Desde las comunicaciones internas hasta las notificaciones al ciudadano se harán obligatoriamente en esta lengua. Estas son algunas de las medidas que recoge el nuevo reglamento de Usos Lingüísticos de la Lengua Catalana del Ayuntamiento de Barcelona, que ha sido aprobado en la comisión de presidencia del consistorio, con el voto a favor de PSC, CiU, ERC y ICV-EUiA. El Partido Popular lo ha votado en contra.

La aprobación se ha producido después de que se resolvieran las alegaciones en la Comisión de Presidencia, Territorio y Función Pública. En un principio se hablaba del "uso preferente", pero una enmienda de ERC llevó a la imposición del catalán.

En la comisión, el primer teniente de alcalde de Bienestar y Cohesión Territorial, Carles Martí (PSC), destacó que está "plenamente convencido"de la idoneidad del reglamento, porque, según él, "bebe directamente"del Estatut de 2006.

El edil de CiU Jaume Ciurana celebró el texto pese a que llega con al menos 10 años de retraso, y lamentó que en la comisión de seguimiento del reglamento no puedan participar representantes de los grupos de la oposición. También reclamó al bipartito "los medios, recursos y todos los esfuerzos y voluntad firme" para adaptar el texto a la vida municipal.

La concejal del PP Angels Esteller criticó que la nueva normativa conlleva la "expulsión de facto" del castellano y la "exclusión de mucha gente", por lo que reclamó un Consistorio bilingüe.

Con la nueva normativa el consistorio deberá usar obligatoriamente el catalán en su funcionamiento interno y que todas las comunicaciones y documentos que emita a terceros -incluso a otros puntos de España- deberán como mínimo incluir el catalán.

"El país y la ciudad es suficientemente madura para entender que el catalán debe tener una presencia segura en la capital del país y de uso preferente en relación a las otras lenguas", ha explicado el líder de ERC en el Ayuntamiento, Jordi Portabella.

Fuente: El País

martes, enero 26, 2010

El contrato de integración en el Siglo XV

A partir del asunto de Vic (ejemplo de integración, dicen) tanto PP como CiU han vuelto a sacar a la luz sus respectivos "contratos de integración". Cada uno, por supuesto, entendiendo por "integración" cosas diferentes, a su medida. CiU con su "carnet por puntos", puntos de "catalanidad", entiende por estar integrado usar correctamente los "pronoms febles" y cantar "Els Segadors". El PP con su "contrato de integración" supone que estará más integrado quien conozca las proezas de Don Pelayo.

El error está en entender que estar "integrado" es ser uniformado culturalmente, entender que la integración trata de "costumbres" y no de convivencia entre costumbres, culturas y formas de ser diferentes. De esto último trata la Libertad y el ideal de ciudadanía.

La derecha catalanista o españolista, se pensará muy moderna con estas ideas. Pero hay muchos precedentes de "contratos de integración" en la Historia. Es la vieja idea de
"O te integras (entiéndase 'te asimilas') o te expulsamos". Así no es difícil crear "modelos de integración".

Un conocido contrato de integración fue firmado en 1492 por los Reyes Católicos. El
"Edicto de Granada" suponía la expulsión de los judíos que no se convirtiesen al cristianismo. Conseguían así, "integrar" a aquellos judíos en la "cultura del país" y deshacerse de aquellos que no se querían integrar. La "cohesió" ganó mucho con ello. La Humanidad, bien poco.




"Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes."

viernes, enero 22, 2010

El nacionalismo "integrador" en la Catalunya "de acollida".

Cuando el alcalde de Vic declaraba que la nueva normativa sólo pretendía "poner orden" no estaba más que repitiendo la estúpida consigna de los xenófobos cuando, haciendo chistes del sufrimiento, dicen aquello de "no soy racista, soy ordenado".

Pero quizás lo más significativo sean las distintas respuestas de las cúpulas de nuestros partidos políticos


Por parte de CiU, Duran i Lleida daba un respaldo total a la iniciativa de Vic o Felip Puig se mostraba igualmente contrario al empadronamiento de sin papeles. Además se insta al alcalde de Barcelona, Hereu, a tomar buena nota de lo de Vic.

Por parte del PPC, Alicia S. Camacho recuperaba el lema de Unió de "No hi cap tothom".

En ERC, para Puigcercós "durante estos últimos años, España ha sido un coladero" y por supuesto la culpa es de España, por no dejar a Catalunya gestionar la inmigración. Es de suponer que entonces no entraría nadie si no es cantando Els Segadors.

Por parte del PSC, se mantuvieron en una censurable ambigüedad, durante una semana, hasta que desde Madrid Zapatero se opuso de manera inequívoca a la medida (¡por fin!). Pero aún entonces, y aún teniendo clara la consigna, Montilla recoge el discurso de la derecha observando que había que rechazar "también el buenismo". Por supuesto, la cuestión es que aquí nadie defendía posturas buenistas, por lo que su declaración le inculpa.
A ello hay que sumar algo sobre lo que se ha pasado de puntillas. La alcaldesa de Salt (que pertenece a la ejecutiva del PSC) resulta que impone medidas parecidas.

¿Y quienes defendieron unos derechos básicos de los desfavorecidos?

El PSOE de Zapatero, justo es reconocer, y se le ha de agradecer.

Ciutadans (la ultraderecha para algunos) donde Rivera denunciaba que "Resulta vergonzoso que las mismas formaciones políticas que manipularon y utilizaron a los inmigrantes para que apoyaran las consultas independentistas, les nieguen ahora el derecho a empadronarse". Y de ello se quejaban esos mismos inmigrantes tristemente. Pensaron que cumpliendo con la idea de "integració" nacionalista (esto es, ser uniformizado cultural e identitariamente) ya habían cumplido.

UPyD (igualmente "ultrafachas") desde donde Rosa Díez señalaba como detrás de la medida de Vic se oculta un discurso "cobarde y xenófobo".

No deja de ser significativo que aquellos que nunca se cansan de hablar de "integración" sean precisamente aquellos que proponen medidas en las que la "integración" consiste en la marginación o la expulsión. Pero ya hemos dicho otras veces que aquí hay quien cuando dice "integració" quiere decir "integrismo"







lunes, enero 18, 2010

La revuelta de los catalanes.

por Antonio Elorza.

"(...)Suele decirse que la tragedia reaparece en la historia como caricatura, pero también en ocasiones la caricatura anticipa la tragedia. Recuerdo una discusión sostenida hace 10 años en Ohio con Rubert de Ventós, donde el filósofo socialista expuso la necesidad de la independencia evocando una serie de rasgos y voluntades de Catalunya, en oposición radical a España. Aprovechando que él mismo había comenzado, a costa de Lenin, rechazando la idea de que un hombre pretendiera sustituirse a un pueblo, le pregunté por qué medios Catalunya se le manifestaba, cuando el independentismo era muy minoritario y la doble identidad catalano-española prevalecía siempre en las encuestas. Desde que la caja de Pandora del nuevo Estatuto ha sido abierta, el recurso a esa sustitución ha crecido exponencialmente. Cualquier observador que ahora descubriera el tema,
pensaría que allí no existen opiniones plurales ni distanciamientos del radicalismo, y que Cataluña es como Eslovenia a la hora de situarse frente al Estado cuya incomprensión, según leemos en "La dignidad de Cataluña", produce entre los catalanes "un creciente hartazgo". "España se resentirá de un recorte", advierte Montilla, convertido en paladín de la identidad política unitaria. El que avisa, no es traidor. ¿O sí?

El riesgo político de semejante actitud resulta innegable, pero casi es más preocupante el sesgo totalista, de imposición desde una parte de la sociedad de un comportamiento y de un discurso unitarios, suprimiendo todo pluralismo. Desde que un partido catalanista pero no-nacionalista, el PSC, cruzara el Rubicón y alineándose con la visión uniforme de Catalunya, desaparecen las posibilidades de un intercambio de ideas y de un debate de proyectos con los sectores catalanes no nacionalistas, y por supuesto con cualquier español que no acepte de entrada en su totalidad lo que "Catalunya" quiere y exige. No existen matices, ni diferenciación de temas. Puedes defender, como es mi caso, que Catalunya es una nación, y que esto legitima demandas de asimetría en la configuración del Estado. Pero si estás en desacuerdo con el principio de bilateralidad, o los posibles privilegios de la financiación, queda cortado el puente aéreo (véase Unzueta). No es que Montilla y los suyos se encuentren en la estratosfera, como dice Guerra; están como los personajes de Juan Marsé "encerrados con un solo juguete". Y esto es pésimo para el conjunto de los españoles, para ellos mismos y para la democracia.(...)"

Fuente: El País 16 de enero 2010.

jueves, enero 14, 2010

La garantía de la Pluralidad.

Lo único que puede garantizar la diversidad social y erradicar el pensamiento único, no es la existencia de una pluralidad de lenguas o la multiplicación de Estados, sino la existencia de libertad para los individuos.

viernes, enero 08, 2010

Montilla el estratosférico.


Montilla ha negado hoy la acusación que ayer le hacía Alfonso Guerra de que los políticos catalanes están un poco en la "estratosfera" (al pronunciarse de forma preventiva sobre una sentencia -del Estatut- que no existe).

Según Montilla, no están en la estratosfera, sino defendiendo
"lo que votó el pueblo". Debe referirse a la Constitución. Pues, que yo sepa en el Estatut votado, no hay ningún artículo que diga que el Tribunal Constitucional carecerá de validez sobre el propio Estatut, y en cambio, en la Constitución votada también por los catalanes, sí se aceptó explícitamente que toda nueva ley (y el Estatut lo es, Ley orgánica) no podía entrar en contradicción con la propia Constitución. Y que para dictaminar tal cosa es competente el Tribunal Constitucional.

Eso es lo que votamos los catalanes, y lo que han de defender nuestros señores estratosféricos.

Referéndum Constitución Española - Participación en Catalunya: 67,9% Sí: 90,4%

Referéndum Estatut 2006 - Participación en Catalunya: 48,8% Sí: 73,2%

Constitución Española. Artículo 161 Punto 1.
El Tribunal Constitucional tiene jurisdicción en todo el territorio español y es competente para conocer:
a) Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango de ley, interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias recaídas no perderán el valor de cosa juzgada.
b) Del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el artículo 53.2, de esta Constitución, en los casos y formas que la ley establezca.
c) De los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de los de éstas entre sí.
d) De las demás materias que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas.


martes, enero 05, 2010

Nuevo capítulo sobre la estrategia mediática de la "desafecció".

La Vanguardia confirma mi tesis del otro día. Todo se desenvuelve según el plan previsto con el único fin de presionar al Constitucional. La idea surge de la cúpula del PSC, a través de los hermanos Nadal (Rafael es el director de El Periódico) se les encarga a La Vanguardia y El Periódico la elaboración de la famosa editorial conjunta. Se trata de transmitir que o se acepta el Estatut tal como está o la "sociedad catalana" (y no sólo los partidos políticos) se verán "agraviados" con imprevisibles consecuencias. Aunque es obvio que la iniciativa (y la presunta unidad) sólo se da en las clases dirigentes -y de ella surge- si a caso en lo que , con la misma estratagema, aquí se ha llamado la "Societat Civil" , nada que ver con la sociedad que pisa la calle y coge el autobús.

Después Montilla lo enuncia, no en vano es uno de los máximos introductores del concepto
"desafecció" (Que se me antoja tan fuera de la realidad, y muy semejante al del "Català emprenyat", obra de Enric Juliana, que ¡oh, casualidad! precisamente es uno de los redactores de la Editorial de la "Dignitat"). Así Montilla asegura que "Al afirmar que Catalunya es una nación simplemente queremos expresar libremente lo que somos y lo que queremos seguir siendo" y que esta es una "patria dispuesta a rebelarse cuando se la niega".

En seguida, para corraborar lo que dice El President, El Periódico lanza una encuesta (¿o "macroencuesta" ? 500 encuestados en España, unos 80 en Catalunya)
que utilizan para bombardearnos con un "La desafección no es un invento" que subraya las diferencias y olvida las semejanzas entre los resultados dados en Catalunya y el resto de España.

Poco más de una semana después, La Vanguardia reitera sin ningún tipo de vergüenza, la misma estrategia de El Periódico, para poder enunciar idénticas conclusiones. Una encuesta (esta vez 800 españoles, y de ellos
sólo 128 catalanes consultados) para decirnos que "El divorcio entre Catalunya y el resto de España a cuenta de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut es cada vez más rotundo."

Lo que olvidan es que dichas conclusiones se podrían extraer de cualquier encuesta hecha en el siglo XX.
Que haya diferencias no se debe a ninguna "desafección" reciente, sino a la existencia de una realidad, el nacionalismo, que está siendo alimentado por estas mismas élites que hablan de desafección, pero que en absoluto representa a toda Catalunya, ni mucho menos.