La Vanguardia confirma mi tesis del otro día. Todo se desenvuelve según el plan previsto con el único fin de presionar al Constitucional. La idea surge de la cúpula del PSC, a través de los hermanos Nadal (Rafael es el director de El Periódico) se les encarga a La Vanguardia y El Periódico la elaboración de la famosa editorial conjunta. Se trata de transmitir que o se acepta el Estatut tal como está o la "sociedad catalana" (y no sólo los partidos políticos) se verán "agraviados" con imprevisibles consecuencias. Aunque es obvio que la iniciativa (y la presunta unidad) sólo se da en las clases dirigentes -y de ella surge- si a caso en lo que , con la misma estratagema, aquí se ha llamado la "Societat Civil" , nada que ver con la sociedad que pisa la calle y coge el autobús.
Después Montilla lo enuncia, no en vano es uno de los máximos introductores del concepto "desafecció" (Que se me antoja tan fuera de la realidad, y muy semejante al del "Català emprenyat", obra de Enric Juliana, que ¡oh, casualidad! precisamente es uno de los redactores de la Editorial de la "Dignitat"). Así Montilla asegura que "Al afirmar que Catalunya es una nación simplemente queremos expresar libremente lo que somos y lo que queremos seguir siendo" y que esta es una "patria dispuesta a rebelarse cuando se la niega".
En seguida, para corraborar lo que dice El President, El Periódico lanza una encuesta (¿o "macroencuesta" ? 500 encuestados en España, unos 80 en Catalunya) que utilizan para bombardearnos con un "La desafección no es un invento" que subraya las diferencias y olvida las semejanzas entre los resultados dados en Catalunya y el resto de España.
Poco más de una semana después, La Vanguardia reitera sin ningún tipo de vergüenza, la misma estrategia de El Periódico, para poder enunciar idénticas conclusiones. Una encuesta (esta vez 800 españoles, y de ellos sólo 128 catalanes consultados) para decirnos que "El divorcio entre Catalunya y el resto de España a cuenta de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut es cada vez más rotundo."
Lo que olvidan es que dichas conclusiones se podrían extraer de cualquier encuesta hecha en el siglo XX. Que haya diferencias no se debe a ninguna "desafección" reciente, sino a la existencia de una realidad, el nacionalismo, que está siendo alimentado por estas mismas élites que hablan de desafección, pero que en absoluto representa a toda Catalunya, ni mucho menos.
Después Montilla lo enuncia, no en vano es uno de los máximos introductores del concepto "desafecció" (Que se me antoja tan fuera de la realidad, y muy semejante al del "Català emprenyat", obra de Enric Juliana, que ¡oh, casualidad! precisamente es uno de los redactores de la Editorial de la "Dignitat"). Así Montilla asegura que "Al afirmar que Catalunya es una nación simplemente queremos expresar libremente lo que somos y lo que queremos seguir siendo" y que esta es una "patria dispuesta a rebelarse cuando se la niega".
En seguida, para corraborar lo que dice El President, El Periódico lanza una encuesta (¿o "macroencuesta" ? 500 encuestados en España, unos 80 en Catalunya) que utilizan para bombardearnos con un "La desafección no es un invento" que subraya las diferencias y olvida las semejanzas entre los resultados dados en Catalunya y el resto de España.
Poco más de una semana después, La Vanguardia reitera sin ningún tipo de vergüenza, la misma estrategia de El Periódico, para poder enunciar idénticas conclusiones. Una encuesta (esta vez 800 españoles, y de ellos sólo 128 catalanes consultados) para decirnos que "El divorcio entre Catalunya y el resto de España a cuenta de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut es cada vez más rotundo."
Lo que olvidan es que dichas conclusiones se podrían extraer de cualquier encuesta hecha en el siglo XX. Que haya diferencias no se debe a ninguna "desafección" reciente, sino a la existencia de una realidad, el nacionalismo, que está siendo alimentado por estas mismas élites que hablan de desafección, pero que en absoluto representa a toda Catalunya, ni mucho menos.
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