Una de las afirmaciones que ha recibido mayores descalificaciones e insultos en los últimos años fue la que indicaba que el castellano era la "lengua común" en España según el denostado "Manifiesto por la Lengua Común". Al parecer con ello se incurría en una desigualdad y discriminación contra las demás lenguas cooficiales del país. El caso es que año tras año (y no en un caso puntual como en el caso del Manifiesto) se realizan una serie de actos, con el apoyo, beneplácito y sonrisa complaciente de nuestros políticos y de todos aquellos que se pusieron como motos por la intolerable consideración del castellano como "común", bajo el lema "El català, llengua comuna". La cosa está en que esta aplaudida campaña no incurre en discriminación ni desigualdad de ningún tipo contra la otra lengua del país, el castellano.
Este evidente desequilibrio entre las respuestas que merecen exactamente las mismas palabras cuando están referidas al catalán o al castellano es cuestión digna de estudio. Y es preocupante, porque es algo que ha sido asimilado por ciudadanos ajenos a las inquietudes nacionalistas. ¿Por qué? Sencillamente por la criminalización automática, contundente y al unísono (por parte de la inmensa mayoría de medios) de cualquier palabra que pretenda apoyar mínimamente el derecho o el uso del castellano. La intolerancia en este punto no sólo es mediáticamente unánime sino incluso agresiva. La percepción del ciudadano medio ante tal actitud es que, aunque no la alcance a comprender, realmente en esas iniciativas debe haber intereses "ultraderechistas", uniformistas o "fascistas". La única oposición a tal actitud, y el único apoyo que reciben dichas campañas pro-derechos al castellano, vienen de los medios vinculados a la derecha (COPE, ABC, La Razón, etc...) lo que no hace sino reforzar esa impresión. Y aunque puntuales argumentos les puedan resultar convincentes, la actitud del ciudadano medio es la de la desconfianza y aceptación de una cierta ignorancia; "algo debe de haber", piensa.
El caso es que hay otros grandes medios, de nivel Estatal, especialmente la televisión, cuya actitud es más bien la del silencio. Estos problemas o no salen o simplemente no se les presta apenas atención, estos medios sólo se ocupan de lo "general" que afecta a toda España. Son los medios que realmente ejercen influencia entre una mayoría de esos catalanes no nacionalistas que pudiesen cambiar algo. Pero sucede que su silencio lo que hace es reforzar aún más la sensación de que en realidad son los medios "de la derecha" con su intolerancia los que se están inventando, o al menos exagerando, un problema.
Y el caso es que realmente es grave el engaño del que es víctima la población, por lo evidente que aparece en casos como el que señalo (de las "lenguas comunes") pero que al final no llegan a la gente. Y es que se debería informar que el citado Manifiesto (del que yo mismo fui crítico en su día, pero sin criminalizaciones) no es una iniciativa para hacer del castellano la "lengua común" sino que simplemente constata que el castellano es la única lengua común en España con independencia de cuál sea la lengua propia de cada uno. Y esto no es de "fachas" o de "no-fachas" es una realidad, guste o no. Es la lengua en la que se comunicarán un euskaldún y un catalanoparlante en caso de encontrarse, y uno hasta puede pensar, sin ser "facha", que es algo positivo que así sea. Y el hecho de que el Manifiesto no necesitase impulsar el castellano para convertirlo en "lengua común" (porque ya lo es) se sigue de su lectura, a pesar de que diarios como El País, al publicarlo cambiasen manipuladoramente el título del Manifiesto por el de "Manifiesto por una lengua común" en lugar del original "Manifiesto por la lengua común". Y el caso es que lo contrario no sucede, y es que el catalán no es la lengua común de todos los catalanes, sino que la iniciativa El català, llengua comuna precisamente lo que busca es imponer el catalán como lengua común a la sociedad cuando no lo es.
Este evidente desequilibrio entre las respuestas que merecen exactamente las mismas palabras cuando están referidas al catalán o al castellano es cuestión digna de estudio. Y es preocupante, porque es algo que ha sido asimilado por ciudadanos ajenos a las inquietudes nacionalistas. ¿Por qué? Sencillamente por la criminalización automática, contundente y al unísono (por parte de la inmensa mayoría de medios) de cualquier palabra que pretenda apoyar mínimamente el derecho o el uso del castellano. La intolerancia en este punto no sólo es mediáticamente unánime sino incluso agresiva. La percepción del ciudadano medio ante tal actitud es que, aunque no la alcance a comprender, realmente en esas iniciativas debe haber intereses "ultraderechistas", uniformistas o "fascistas". La única oposición a tal actitud, y el único apoyo que reciben dichas campañas pro-derechos al castellano, vienen de los medios vinculados a la derecha (COPE, ABC, La Razón, etc...) lo que no hace sino reforzar esa impresión. Y aunque puntuales argumentos les puedan resultar convincentes, la actitud del ciudadano medio es la de la desconfianza y aceptación de una cierta ignorancia; "algo debe de haber", piensa.
El caso es que hay otros grandes medios, de nivel Estatal, especialmente la televisión, cuya actitud es más bien la del silencio. Estos problemas o no salen o simplemente no se les presta apenas atención, estos medios sólo se ocupan de lo "general" que afecta a toda España. Son los medios que realmente ejercen influencia entre una mayoría de esos catalanes no nacionalistas que pudiesen cambiar algo. Pero sucede que su silencio lo que hace es reforzar aún más la sensación de que en realidad son los medios "de la derecha" con su intolerancia los que se están inventando, o al menos exagerando, un problema.
Y el caso es que realmente es grave el engaño del que es víctima la población, por lo evidente que aparece en casos como el que señalo (de las "lenguas comunes") pero que al final no llegan a la gente. Y es que se debería informar que el citado Manifiesto (del que yo mismo fui crítico en su día, pero sin criminalizaciones) no es una iniciativa para hacer del castellano la "lengua común" sino que simplemente constata que el castellano es la única lengua común en España con independencia de cuál sea la lengua propia de cada uno. Y esto no es de "fachas" o de "no-fachas" es una realidad, guste o no. Es la lengua en la que se comunicarán un euskaldún y un catalanoparlante en caso de encontrarse, y uno hasta puede pensar, sin ser "facha", que es algo positivo que así sea. Y el hecho de que el Manifiesto no necesitase impulsar el castellano para convertirlo en "lengua común" (porque ya lo es) se sigue de su lectura, a pesar de que diarios como El País, al publicarlo cambiasen manipuladoramente el título del Manifiesto por el de "Manifiesto por una lengua común" en lugar del original "Manifiesto por la lengua común". Y el caso es que lo contrario no sucede, y es que el catalán no es la lengua común de todos los catalanes, sino que la iniciativa El català, llengua comuna precisamente lo que busca es imponer el catalán como lengua común a la sociedad cuando no lo es.
1 comentario:
Estoy de acuerdo. Realmente se armó mucha polémica con el dichoso manifiesto, que tampoco era para tanto (incluso parecía haberse redactado simplemente para resaltar la obviedad, sin meterse en otros asuntos). Ante ello, sólo se puede recurrir a las etiquetas, y esa estrategia se facilita con la constatación de apoyos que van más allá del tema discutido, y que permiten caricaturizar las opiniones discrepantes.
No conocía lo de la campaña del catalán, la verdad es que me parece bien, pero ponerse a luchar por algo obvio, evidente y consolidado como si fuese una ciudadela asediada, con dinero público, supongo...pues lleva a pensar que busca un estado de agitación rentable para algunos. En fin, siempre habrá minorías para las que "cuanto peor, mejor".
Un saludo.
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