jueves, enero 10, 2008

Vidal-Folch tacha a Pujol de Xenófobo

El pasado martes en “59 segons” nos regaló un momento sublime, Xavier Vidal-Folch (director adjunto del “El País”) reveló como Jordi Pujol va manifestando privadamente que “La inmigració destruirà Catalunya”. Francisco Marhuenda, también presente, lo confirma. Vidal-Folch tacha a Pujol de xenófobo delante de su hijo, el también Convergente, Oriol Pujol.

Oriol Pujol es incapaz de negar la acusación de xenofóbia a su padre, quizá porque es algo que o no condena o ve irrefutable. Sin embargo la acusación debiera parecerle gravísima, y una persona integra no debería pasar por alto sin reproches, al menos si la cree infundada. La contestación de Oriol se queda en que la inmigración es un grave problema ante el que no cabe girar la cabeza.
No aclara en qué sentidos entiende que sea un problema, quizá uno de ellos sea que peligran las “esencias”

Xavier Vidal-Folch le recuerda que la posición de Pujol padre hoy no es muy diferente a la que exponía en su libro “La inmigració, problema i esperança de Catalunya“.
Y le recuerda que todos somos inmigrantes; “Si estamos aquí es que un día vinimos”. Amén.

Y que (contra las esencias) Catalunya no sólo se conforma con la aportación de los diferentes “inmigrantes” que han ido llegando, sino que no es un proyecto “acabado”, Catalunya aún se está haciendo. Amén bis.

Sólo recordar lo que Pujol decía hace nada (Julio del 2007) lejos de rectificar sus posiciones sobre la inmigración de antaño:


"Es sabido que ya hace muchos años que hablo. Desde 1958 (e incluso antes). De la inmigración de entonces, claro, que no es la de ahora. Muy diferente.

La relectura de mis escritos de entonces me hace sentir satisfecho. Porque veo que hay una continuidad de pensamiento que mantiene su validez hasta hoy mismo. Un pensamiento y una actitud que reflejaba bien el título de la recolección de textos que publiqué en los años 70: "La immigració, problema i esperança de Catalunya". Que es lo que realmente es. Hay quien ha querido negar ahora que para Catalunya la inmigración sea un problema, o incluso en ciertos aspectos un riesgo, que lo es. Lo era en los años 60 y 70, y lo es ahora la nueva inmigración. Hablaré después. Y era y es una esperanza. O una oportunidad como algunos dicen.

[...] Pero era un riesgo para nuestra sociedad, de hecho para todos, desde la perspectiva social, de la convivencia y también -conviene subrayarlo- de la identidad catalana y de la cohesión del país."

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