No se puede hablar de "Identidad Nacional" en singular.
Naturalmente no se puede hablar de "la identidad española" si con esto no somos capaces de entender que la "identidad" la conforman "identidades" diversas. Es algo que el nacionalismo catalán descubrió muy pronto. Y lo afirmó sobre la base de la lengua. Pero entonces también es absurdo hablar de "identidad catalana" en singular cuando se sabe que al menos la mitad de los catalanes tenemos como lengua propia precisamente aquella que les permitió afirmar la diferencia respecto al resto de España.
No es posible negar que se pueda hablar de "identidad española" en singular porque "ellos" hablan castellano y "nosotros" catalán, y seguidamente hablar de una "identidad catalana" negando que la misma dualidad persiste a nivel de Catalunya y aún muchísimo más profunda, pues aquí la mitad de los catalanes somos castellano-parlantes. (porcentaje mucho más alto que el de catalano-parlantes en España).
Mientras no haya un reconocimiento de esta pluralidad de forma que se vea reflejada en el día a día de las instituciones catalanas, la denuncia de que las instituciones españolas no reflejan suficientemente la pluralidad del Estado quedará como una grotesca y ridícula paradoja.
Naturalmente no se puede hablar de "la identidad española" si con esto no somos capaces de entender que la "identidad" la conforman "identidades" diversas. Es algo que el nacionalismo catalán descubrió muy pronto. Y lo afirmó sobre la base de la lengua. Pero entonces también es absurdo hablar de "identidad catalana" en singular cuando se sabe que al menos la mitad de los catalanes tenemos como lengua propia precisamente aquella que les permitió afirmar la diferencia respecto al resto de España.
No es posible negar que se pueda hablar de "identidad española" en singular porque "ellos" hablan castellano y "nosotros" catalán, y seguidamente hablar de una "identidad catalana" negando que la misma dualidad persiste a nivel de Catalunya y aún muchísimo más profunda, pues aquí la mitad de los catalanes somos castellano-parlantes. (porcentaje mucho más alto que el de catalano-parlantes en España).
Mientras no haya un reconocimiento de esta pluralidad de forma que se vea reflejada en el día a día de las instituciones catalanas, la denuncia de que las instituciones españolas no reflejan suficientemente la pluralidad del Estado quedará como una grotesca y ridícula paradoja.
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