lunes, marzo 31, 2008

Necesidad de Reconocimiento de la "Nación".

La realidad de la “Nación” es algo sumamente alejado de la cotidianidad, del día a día de las personas.

Por ello mismo, porque su realidad no es visible ni evidente de por sí, el nacionalismo necesita para poder subsistir, un reconocimiento activo y continuo, tanto por los propios nacionales (auto-reconocimiento) como por los “extranjeros” (reconocimiento en sí).
Esta es la verdadera función de los símbolos (banderas, himnos, insignias, fiestas...). Los símbolos son por ello, más un síntoma que no nacionalismo en sí.

También este es el motivo que hace que los símbolos diferentes a los que representan a la propia nación sea inadmisibles para el nacionalista, dichos símbolos “transforman” a los propios nacionales a otra nación. El nacionalista sólo acepta una bandera. (sólo una que represente a una nación, no resultan antagónicas aquellas que simbolicen otras realidades, como sociedades, clubs de fútbol, consistorios, etc).

Estas circunstancias nos proporcionan ya una primera forma de reconocer personas que son nacionalistas (a) y de constatar una primera actitud impositiva e intolerante del nacionalista (b);

a) Reconocer al nacionalista, porque el nacionalista tiene la necesidad, no ya de sentirse representado por unos símbolos sino de exponerlos continuamente de exteriorizarlos y a la vez de negar símbolos, negar aquellos símbolos por los que no siente apego.

b)
Constatar una primera actitud intolerante del nacionalista, porque esta negación de símbolos se pretende no como algo que sólo le afecte a él y a los que piensen como él, sino a todo lo que él considera la "Nación", piensen o sientan lo que sientan el resto de los "nacionales". El nacionalista, así, pretende no sólo (de forma activa) tiene derecho a que las instituciones (de todos) exhiban sus símbolos sino que también tiene derecho a que las instituciones no exhiban los símbolos de aquellos que tienen una sensibilidad nacional diferente a la suya, es decir, a negar a otros aquel derecho que reclama para sí.

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