Interpretaciones III (Corolario): Tras el fracaso del nacionalismo, exigimos más nacionalismo.

Y ahora resulta, que desde los entornos y medios más afines al nacionalismo (sí, desde esos mismos que antes de las elecciones criticaban el sucursalismo o “españolismo” del Psc) se está difundiendo la idea de que el peso de la victoria del Psoe recae en “Catalunya” y que por lo tanto el Psoe debería “devolver los servicios prestados”.

¿Cómo se ha de entender este “pago de servicios”?

La primera opción sería con retribución material, es decir, un favoritismo sobre otros territorios, un premio a su fidelidad.

Esta opción es manifiestamente inmoral.

Sabido es que el juego democrático consiste en que el vencedor de la contienda, una vez elegido, deja de ser Presidente de un partido político, para pasar a serlo de todos los españoles, tanto de los que le han votado como de los que no.
Si esto es válido a nivel ideológico (no favorecer a los de mi partido o a los de mi ideología aunque gracias a ellos soy Presidente) aún lo es más territorialmente. Imaginemos sólo lo que diríamos si en lugar del Psoe hubiese ganado el PP y gracias a los votos de, por ejemplo, Valencia y se dijese desde allí que se debe favorecer a Valencia porque es quien les ha hecho ganar las elecciones.

La segunda opción, que es la que opino se intenta veladamente defender, sería que este “pago de favores” se debiera hacer a nivel “identitario”, en un favoritismo a las tesis más nacionalistas catalanas.

Esta segunda opción, además de encontrarse con la misma objeción que la anterior, se encuentra con una añadida; Se trata de favorecer unas tesis que no son las secundadas por la población, sino precisamente las que peores resultados han obtenido

O sea , aquellos cuyas posiciones más han retrocedido en soporte popular tras las elecciones son los que exigen que sus posiciones, las menos refrendadas, son las que han de ser más reconocidas.

Tras el fracaso electoral del nacionalismo en Catalunya, (y como para estos nacionalistas Catalunya= nacionalismo, lo quiera o no ser Catalunya) la respuesta de los políticos ha de ser; más nacionalismo.

¿No querías sopa? ¡Pues dos tazas!