Carta de una lectora a La Vanguardia:
"La última emisión del programa de Julia Otero, No em ratllis,dedicado a Catalunya, terminó con la presentadora y los niños invitados cantando Els segadors con la mano en el pecho. Me parece bien que los ciudadanos hagan uso de su libertad de expresión y manifiesten de tal modo sus sentimientos. Ahora bien, me gustaría saber qué diría Julia Otero si en un programa de niños de una cadena de ámbito estatal o, ¿por qué no?, en TV3, se acabase el programa con el presentador cantando el himno de España con la mano en el pecho."
Isabel González de Gispert
Dejando de lado la utilización de niños, cuyo sentido crítico aún no está formado, para estas explosiones patrioteras, la pregunta de esta mujer es totalmente pertinente.
¿Cuál sería la respuesta mediático-política si en un programa de TV3 se hiciese cantar el himno español a un grupo de niños con esa misma actitud?
Como prueba del nueve de si uno es nacionalista o no lo es se puede auto-formular a sí mismo cuál sería su propia respuesta ante ese supuesto programa.
En su contestación a la carta, Julia Otero, no ha respondido, claro está a la pregunta directa que le hacía esta buena mujer:
"No es bueno proyectar nuestras obsesiones sobre los niños. Es una lección que hemos aprendido al visitar más de doscientos colegios de Catalunya. Las criaturas son el espejo de su familia, pero sin el filtro, a veces perverso, de la corrección política. Como son y se sienten libres, dijeron, por ejemplo en el programa al que usted se refiere, que la Moreneta es negra por su origen inmigrante, confundieron a Carod-Rovira con el rey de España, no tuvieron reparos en afirmar que la senyera es poco fashion...y, sí, cantaron el himno con la mano en el pecho. Sabrá que tal cosa no es tradición catalana, sólo puede ser una imitación de las películas norteamericanas que tanto les gustan. Dejemos que los niños crezcan en paz..., habrá tiempo para que unos u otros o los de más allá les hielen el corazón, que diría Machado."
La verdad es que no creo que se pueda calificar a Julia Otero de "nacionalista", pero el hecho de vivir inmersos en este país bajo "La Costra mediática", nos hace que veamos como "normal" lo que quizá no lo es tanto.
No es bueno, efectivamente, que proyectemos nuestras obsesiones sobre los niños (que ni saben ni entienden, ni falta les hace, conceptos tan abstractos y poco naturales como son "Nación", "Catalunya" o "España", y al programa me remito). No es bueno, porque demasiado es ya lo que proyectan sus obsesiones los padres en sus hijos (una niña dice en el programa que su madre le canta muchas veces el himno, muchos con cortísima edad lo cantan con la misma fluidez, y tropiezos, que una canción de una serie de la tele).
Una de las dos Españas ha de helarte el corazón, cierto querida Julia, pero la educación y adoctrinamiento en la exhibición de símbolos nacionalistas (sean estos españoles o catalanes) no es la mejor manera de intentar evitarlo.
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