Ignasi Guardans militante de Convergència, pero que ha conseguido cierta "independencia" de este partido nacionalista al fichar como director del Instituto del Cine por el gobierno del Psoe ha afirmado, ahora con las manos libres, que "Catalunya corre el riesgo de tener un totalitarismo nacionalista".
Además reconoció que en sectores nacionalistas hay actitudes "fascistas" y "totalitarias". Acusación ésta, que generalmente se reserva para el "españolismo". Y uno siempre se había preguntado por qué esa enfermedad del "fascismo" sólo la podían coger españoles y nunca el catalanismo podía caer en ese tipo de excesos.
Y sobre la exclusión sistemática de quien no comparte el credo nacionalista, añadió que en las filas del nacionalismo catalán "hay personas que se creen que sus ideas son mejores" y "pueden insultar", "machacar" y "excluir del país" a quienes no las comparten.
La principal forma de "exclusión" (sí, esa exclusión que practican aquellos que se llenan la boca con palabras como "integració" o "cohesió social" formas por cierto, con las que precisamente se ejecuta esa "exclusión") es la acusación a quien tiene el más mínimo espíritu crítico de ser "anticatalán" y ello lo comparó con la actitud del presidente de los USA;
"Obama dijo durante la campaña que nadie no es suficientemente americano por no pensar como nosotros. Algo que aquí no hemos aprendido"
Las declaraciones de Guardans -recordemos, nieto de Francesc Cambó- tienen un peso muy especial, porque es un reconocimiento desde el interior mismo del nacionalismo y porque semejantes declaraciones (una acusación tan fuerte como la de "fascismo" o "totalitarismo") está completamente vetada para cualquier otro, a menos que se trate ya de un outsider:
Así, para él, hay personas que creen que sus ideas " las pueden imponer e incluso excluir del país a los que no tengan la misma idea. Y esto es la definición del fascismo".
Fuentes: La Vanguardia · El País
Además reconoció que en sectores nacionalistas hay actitudes "fascistas" y "totalitarias". Acusación ésta, que generalmente se reserva para el "españolismo". Y uno siempre se había preguntado por qué esa enfermedad del "fascismo" sólo la podían coger españoles y nunca el catalanismo podía caer en ese tipo de excesos.
Y sobre la exclusión sistemática de quien no comparte el credo nacionalista, añadió que en las filas del nacionalismo catalán "hay personas que se creen que sus ideas son mejores" y "pueden insultar", "machacar" y "excluir del país" a quienes no las comparten.
La principal forma de "exclusión" (sí, esa exclusión que practican aquellos que se llenan la boca con palabras como "integració" o "cohesió social" formas por cierto, con las que precisamente se ejecuta esa "exclusión") es la acusación a quien tiene el más mínimo espíritu crítico de ser "anticatalán" y ello lo comparó con la actitud del presidente de los USA;
"Obama dijo durante la campaña que nadie no es suficientemente americano por no pensar como nosotros. Algo que aquí no hemos aprendido"
Las declaraciones de Guardans -recordemos, nieto de Francesc Cambó- tienen un peso muy especial, porque es un reconocimiento desde el interior mismo del nacionalismo y porque semejantes declaraciones (una acusación tan fuerte como la de "fascismo" o "totalitarismo") está completamente vetada para cualquier otro, a menos que se trate ya de un outsider:
Así, para él, hay personas que creen que sus ideas " las pueden imponer e incluso excluir del país a los que no tengan la misma idea. Y esto es la definición del fascismo".
Fuentes: La Vanguardia · El País
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