jueves, septiembre 27, 2012

El día en que Artur Mas se acordó del castellano

El camí que Catalunya es disposa a seguir estarà ple d’entrebancs. Hi haurà difamacions, provocacions i amenaces de tot tipus. Es dirà que Catalunya va cap al precipici i s’intentarà utilitzar la llengua i l’origen geogràfic de les persones per enfrontar-les entre elles. Els que tinguin aquesta temptació farien bé de recordar que el castellà també és patrimoni de Catalunya, com el català ho hauria de ser d’Espanya. I a més, un patrimoni estimat. I també haurien de recordar que dividir un poble com Catalunya per l’origen de les persones seria una autèntica aberració, perquè l’ànima de Catalunya s’alimenta de la barreja de persones de procedències ben diverses. 
Del discurso de Artur Mas en el Parlament convocando a elecciones
25 de septiembre de 2012

Es una alegría ver que tras tantos años y discursos y declaraciones, el nacionalismo catalán se acuerda un día de reconocer el castellano como patrimonio de Catalunya. Estaría bien, ya puestos, que se hubiese acordado algún otro día y que formase parte de la naturalidad del día a día con hechos y no solo con una declaración puntual, y ya de paso que no saliese en un contexto negativo, como es el de un aviso provocado por el miedo de que los castellano-parlantes, cuya identidad y catalanidad ha sido sistemáticamente olvidada por las instituciones, puedan rebelarse contra la "hoja de ruta" independentista y "chafarles la bicicleta".
Es muy triste comprobar, además, el nulo talante antidemocrático de nuestro President, que en lugar de fomentar el libre debate de ideas, a favor y en contra de sus propuestas, para que queden bien claros los pros y los contras, condena ya preventivamente toda posible crítica, toda posible postura en contra, criminalizándola.

Es aún más curioso, que después de todos los años que llevamos de fomento del identitarismo lingüístico (de una sola de las lenguas) el nacionalismo e independentismo, ahora se vaya a culpar a quien no trague con sus planes de ruptura como los culpables de romper la "cohesión". Vamos, que o somos sumisos y aceptamos todas sus ideas separatistas o es que somos un peligro para la cohesión. Y lo dice él, que hasta hace dos días cuando le preguntaban sobre el referéndum, respondía que con una sociedad tan dividida en ese tema plantearlo pondría en riesgo la cohesión....

Y es evidente, pues hacer una cuestión de algo que divide en dos una sociedad y plantearlo en referéndum, de forma que gane una u otra parte, en lugar de plantear un proyecto que intente integrar ambas, es hacer volar por los aires la cohesión social y excluir una de las partes, en lugar de crear un edificio compartido.

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