viernes, enero 30, 2009

Democracia y votaciones.

Hay que ser muy poco lúcido para pensar que el hecho de que un sistema se haya sometido a votación lo convierte automáticamente en más democrático.

Un sistema es más democrático en cuanto permita convivir diferentes sensibilidades juntas y las pueda estructurar con mayor o menor aceptación general.

Un Estado que margina a la mitad de la población no es democrático, por mucho que haya estado refrendado por las urnas. De hecho, "democracia" significa "poder del pueblo" -de todo el pueblo, se supone- y no "poder del voto". La votación es sólo un método necesario para la democracia (la "expresión" del pueblo), pero en absoluto es lo que la define.

Así, si ahora en un referéndum se decidiese por una mayoría católica, la obligatoriedad de la religión católica en todos los ámbitos, sería por "una mayoría" pero no sería algo democrático. Y lo digo porque hay países "democráticos" donde esto sucede, donde son discriminados legalmente personas por su religión, lengua, orientación sexual, o simplemente por nacer mujer.


También es curioso que muchos "nacionalistas" defiendan con tanto ímpetu esta "libertad" la posibilidad de elegir, (que al ser así decide una mayoría por todos) y en cambio tengan tanta alergia a que los padres decidan si la lengua vehicular de sus hijos es el catalán, el castellano o ambas (sin perjuicio, claro, de que la "llengua catalana" y la "lengua española" en cuanto materias sigan siendo obligatorias) cuando en esta decisión cada uno decide por sí mismo, y la decisión del vecino no le afecta a uno.

Son democráticos sólo para lo que les interesa.

Después de todo el "Referéndum" no deja de ser el método de votación favorito de las dictaduras. Y lo es por un motivo. El poder está en quién formula la pregunta. Si tienes el poder para formularla, no hace falta ser muy hábil, para acabar dictando hacia dónde debe ir la sociedad.

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