miércoles, noviembre 11, 2009

El "fet diferencial" de la corrupción en Catalunya (I).

La importancia de los casos de corrupción en Catalunya va mucho más allá de unos casos "particulares" de choriceo como los que se pueden dar en cualquier otro lugar (como pretenden hacernos creer desde el establishment político-mediático). A través de ellos se desvela el funcionamiento "diferencial" de Catalunya respecto a otras comunidades. Lo que queda al desnudo es la connivencia de toda la esfera de poder en Catalunya, la existencia de esa oligarquía de las "400 personas" que más allá de disputas de familia (en los resquicios de las cuales se evidencia la realidad) tienen unos grandes acuerdos de fondo, un gran fin común, que pasa por el control y construcción de la "Nació catalana" a su imagen y semejanza.

Qué la élite dirigente catalana se parece bien poco a la sociedad en la que se halla tampoco necesitaba de esas nuevas evidencias. Basta con preguntar la opinión de algún vecino, primo, o del panadero de la esquina, sobre los
temas nacional-identitarios que se discuten tan axiomáticamente entre nuestros políticos y periodistas, para que uno pueda creer que se trata de gentes pertenecientes a un país diferente del de sus representantes. Lo mismo se puede decir si miramos los apellidos de la gente que se sienta en el Parlament, donde los más comunes en Catalunya resultan ser los excepcionales. O igualmente si hablamos de la lengua propia de estos parlamentarios, que resulta ser el castellano en un 7% (y eso que hay que contar a Diputats de Ciutadans y el PP) frente al 53% de catalanes que tenemos el castellano como lengua materna.

Pero la explicación de cómo es posible tal situación queda mucho más a las claras cuando uno conoce el funcionamiento de esta oligarquía disfrazada de democracia en que los catalanes vivimos.

Mientras que, en el resto del Estado, cuando surge una situación de corrupción en un partido político (muchas veces propiciada por el partido contrario), la oposición se frota las manos, y junto a la prensa intentar excarvar y sacar a la luz lo máximo de ella, aquí el partido oponente tapa y disimula las vergüenzas del vecino. En el resto del Estado cada partido tiene sus (más o menos lícitas) fuentes de financiación completamente ocultas, y sería muy celebrado por el rival conseguir desvelar y denunciar cuales son, aquí resulta que todo eso es compartido y conocido por todos. Las mismas familias los alimentan a todos, el caso Millet ya fue paradigmático, involucraba tanto al PSC como a CiU o incluso al PP (de la época Piqué, cuando pactaban con CiU) queda explicada así la pasividad del PP ante el nacionalismo, por más que tengan que hacer vacíos gestos para mantener a su electorado.

Lo del Caso Pretoria es una evidencia más. Una red organizada por los más altos cargos de CiU, en la que están igual de involucrados diferentes cargos del PSC (y el caso de Bartomeu Muñoz es un ejemplo, quizá no tan conocido como Alavedra o Prenafeta, pero no es un "cualquiera" en el PSC, recordemos que era el vicepresidente de la Diputación de Barcelona -desde que la presidía Corbacho- o que fue colocado como alcalde por Manuela de Madre, o era cercano y gran amigo de Carme Chacón).

¿Es imaginable siquiera un caso de corrupción a nivel español, que involucrase juntos a altos cargos del PP y del PSOE?

(continuará...)

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